Erase una vez en un Reino de mmmmm.. muy lejos! Vivia un Rey, en una montaña muuuy pero que muuuuy alta! Debajo de esta gran colina se encontraba el prueblo, tranquilo y lleno de harmonía. Un buen dia, el Rey ordeno a sus súbditos:
+ Quiero construir un jardín a las afueras de Palacio. Pero para eso necesito que me ayuden.
+ Cada aldeano deberá colaborar y traer tierra a lo alto del Castillo. Todos y cada uno de ellos.
Sus fieles pensaban por dentro que el Rey estaba loco y que los aldeanos no subirían la montaña cargados de tierra. Pero sin decir nada, ni reprochar, respondieron.
- A sus ordenes mi majestad.
Las órdenes llegaron al pueblo. Unos se negaron rotundamente a colaborar con el rey. Otros pensaron que subirían un vasito de tierra y que con eso ellos ya habrían colaborado y punto. Otros pensaron que, con un cubo de tierra ya tendría suficiente. Y otros fieles y leales a su buen Rey cargaron carretillas y sacos de tierra y se encaminaron con el resto montaña arriba.
Al llegar a lo más alto, el Rey los estaba esperando en palacio, a su derecha la gente iba dejando la tierra en un gran montón. Pero antes de marcharse el Rey pronunciaba en voz baja:
+ Suelta la tierra en el montón, y ahora entra en la habitación que queda a mi izquierda!
Al entrar un soldado pronunciaba a cada aldeano:
- Dame el recipiente con el que has traído la tierra para tu Rey, su recompensa y agradecimiento es llenar tu recipiente con monedas de Oro.
Moraleja: Si igual que yo estarás pensando. Que idiotas los que ni si quiera subieron la montaña y se quedaron en el pueblo, que tontos fueron los que solo pusieron un vasito, que bobos los que solo llevaron un cubo y que listos y buenas personas los que llevaron sacos y carretas.
Que puedo decirte que aprendas con esto, que ayudes y nunca abandones a los que siempre están a tu lado. Por
muy difícil, pesado y agobiante que sea el favor que te pidan. Por muy plastas que sean. Porque nunca sabes cuándo y en que circunstancia te harán falta ellos a ti. En serio valora a aquellos que de verdad puedes llamar AMIGOS y no los dejes escapar.
"Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero". W. Shakespeare.
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